La nueva película de Cruella, dirigida por Craig Gillespie y protagonizada por Emma Stone, es la nueva entrega de Disney, dando a conocer la historia de origen de uno de los villanos más icónicos de su historia. Se trata de la amante de las pieles, dispuesta a matar perritos dálmata con tal de tener un abrigo de manchas negras con blanco: Cruella de Vil.

Ambientada en el Londres de los 70 durante la era del punk rock, la historia se centra en la historia de fondo de Estella, una huérfana y aspirante a diseñadora de moda que, con la ayuda de sus amigos estafadores, Jasper (Joel Fry) y Horace (Paul Walter Hauser), consigue un trabajo en los lujosos grandes almacenes Liberty London y finalmente es contratada por la baronesa von Hellman (Emma Thompson). 

Sobrevienen travesuras sartoriales, incluido un desfile de modas de guerrilla y un vestido de alta costura hecho completamente de polillas, en su viaje para convertirse en la villana Cruella de Vil, en el cine live-action antes inmortalizada por Glen Close.

 

 

 

 

 

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Sin duda, una villana que es recordada por sus vestuarios notorios y extravagantes, necesitaba que la moda fuera otro personaje. 

Por ello, es que Gillespie eligió a Jenny Beavan para darle vida al enfrentamiento de moda entre Estella y la baronesa, una hazaña que la diseñadora de vestuario dos veces ganadora del Premio Oscar (A Room With A View, Mad Max: Fury Road) logró con 47 cambios de vestuario para Cruella y 33 para la baronesa, el proyecto más grande en el que Beavan ha trabajado hasta la fecha.

La paleta de colores caracteristica de Cruella se mantuvo, negro y blanco, además de agregarle gris y toques de rojo. La diseñadora de vestuario asegura que las inspiraciones para crear a Cruella fueron diversas por todos los estilos que se unen, pero sobre todo encontró inspiración en Vivienne Westwood, Alexander McQueen y John Galliano.

Sin duda, marcando una línea muy definitiva con la joven Estella, quien tiene una estética punk inspirada en la cantante alemana de nueva ola Nina Hagen.

Beavan cuenta para Bustle que con Estella “hay un arco real para ella, y con suerte [capturamos] ese arco cuando la ves cambiar de niña, donde obviamente es anárquica y rebelde y hace cosas con su uniforme escolar. La hermana de mi maravillosa diseñadora asociada Sarah Young fue una gran inspiración para eso.”

Por su lado, para la Baronesa, Beavan eligió una ruta más anticuada, inspirada en Dior, con un guardarropa de cálidos marrones y dorados, salpicado de turbantes, tafetán y brillos que casi se pudiera esculpir. Todo gracias a las obvias influencias y su situación actual, que devienen de los diseñadores de moda de los años 50 y 60.

 

 

 

 

 

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Varios momentos de la moda en la película fueron dictados por el guion, que proporcionó a Beavan un marco a medida que se acercaba a cada look. Ella menciona que no es diseñadora de moda, sino que le encanta cómo es que la ropa habla, y así es como construye a sus personajes.

Así pues, en este sentido, el baile en blanco y negro de la baronesa, una de las tres galas principales que aparecen en la película, Cruella llega con un vestido escarlata comprado en una tienda de segunda mano, acomodado en una capa blanca que arde en llamas. 

Más tarde, se pone un vestido voluminoso elaborado con periódicos salpicados de titulares sobre la enemistad entre Cruella y Baroness mientras sale de un camión de basura. Creado en colaboración con  Kirsten Fletcher , una increíble creadora australiana que ganó el World of Wearable Art de Nueva Zelanda.

 

 

 

 

 

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Cruella, además de ser una respetable historia de origen de un personaje icónico, tanto en la animación como en el live action, es un disfrute estético para los amantes de la moda. Un viaje perfecto para aquellos que amaron a Cruella de Vil por su pulcro estilo.

Nora Morales